Supersticiones del Matrimonio

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Si la pareja de novios son supersticiosos, este artículo te va a interesar mucho:

Nunca dejes que tu novio vea el vestido antes de tu entrada a la iglesia o al juzgado. Hoy se ha convertido en el rito de impedir que ni novio ni amigos vean el traje de la novia antes de su salida hacia el lugar de la ceremonia.

La novia no debe mirarse al espejo completamente preparada, pues si proyecta su imagen en el espejo antes de estar verdaderamente casada, puede que los dioses pongan en duda su derecho.

La novia ha de llevar velo para protegerse del mal de ojo, del diablo y de los celos de las solteronas rivales que en otro tiempo quizás eran brujas.

Una novia debe compartir con sus amigas la felicidad del matrimonio. Si quieres que ellas se casen, haz una lista en un papelito con sus nombres y guardarla en el zapato derecho para que entren contigo hasta el altar el dí­a de la ceremonia.

Vigila que tu novio lleve la corbata derecha el día de la boda ya que si la lleva torcida significa que te será infiel.

Lo azul representa la fidelidad de los contrayentes, generalmente se lleva la liga de este color.

Para que no tengas problemas financieros en tu matrimonio, debes poner una moneda en el zapato del novio, para la buena fortuna.

Debes asegurarte que los invitados te tiren arroz si deseas tener descendencia. Aunque en muchas ceremonias no se permite arrojar arroz a los novios, se puede sustituir por pétalos, papel de china o algo similar; ya que esta costumbre europea simboliza el deseo a los novios de que tengan descendencia.

El día de tu boda nunca te pongas perlas. Las perlas simbolizan las lágrimas y te traerán muchas a lo largo del matrimonio

No te cases en enero ya que tendrás problemas económicos a lo largo de todo el matrimonio.

No olvides ponerte algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.

Aunque vivan juntos, la noche antes deben pasarla cada uno en su casa o en casa de los padres.
Cuidado con los días

El más conocido es el martes y 13, ya que martes es el día de Marte, dios de la guerra, y el número 13 corresponde al arcano de la muerte. El martes, aunque no sea 13, sigue siendo un día aciago para casarse: Marte siempre crea discordia.

El mismo objetivo tiene el cortejo de coches que sigue al de los novios tocando las bocinas sin parar, costumbre que se conserva todavía en las ciudades pequeñas. El ruido y la música alejan a los malos espíritus.

Por mucha fama de florido y hermoso que tenga el mes de mayo no es tradicionalmente propicio para bodas. La culpa la tiene la «Noche de Walpurgis»: desde la puesta del sol el 30 de abril a su salida el 1 de mayo se desarrollaba una lucha feroz entre las fuerzas de las tinieblas y las de la luz. Los brujos, brujas y espíritus malignos se ponían manos a la obra, se dedicaban a bailar desaforadamente y hacían sacrificios humanos. En toda Europa se creía que los brujos desplegaban esa noche y las siguientes una actividad especialmente peligrosa, con efectos nefastos sobre la fertilidad de los jóvenes esposos

Que Santa Clara nos asista

La costumbre de regalar huevos a Santa Clara para que la santa aleje la lluvia el día de la boda existe porque un casamiento pasado por agua supone que la novia llorará mucho a lo largo de todo su matrimonio. Por lo tanto, también los días lluviosos son aciagos para casarse.

Sin embargo, la sabiduría popular intenta compensar lo que el destino nos niega, y por eso el refranero insiste en todo lo contrario: «Novia mojada, novia afortunada». Y es que el que no se consuela es porque no quiere.

La Luna nueva es ideal para los rituales de magia negra, por lo que los novios están más expuestos a maldiciones. En cambio, si se casan en Luna llena su unión será bendecida con fertilidad y abundancia, lo mismo que si eligen el lunes, día de la Luna, para celebrar la boda. El viernes es el día de Venus, diosa de la belleza y del amor, y ella se encargará de que el cariño de los novios sea duradero. También el domingo es un día bendito pues es el día del Sol y éste derramará salud, alegría y abundancia sobre los esposos. Por esta misma razón el 24 de junio, el solsticio de verano, es una buena jornada para casarse.


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